La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo respondió a los sectores de oposición que han sugerido una intervención de Estados Unidos en la estrategia mexicana contra la delincuencia organizada.
“Eso no resuelve nada y sería violatorio de nuestra soberanía e independencia”, advirtió desde Palacio Nacional.
La mandataria agregó que, aunque la cooperación y la coordinación internacional pueden ser útiles, “la subordinación o el intervencionismo no funcionan”, porque esa fórmula ya fue aplicada durante la llamada ‘guerra contra el narco’ de Felipe Calderón Hinojosa y solo trajo más inseguridad.
En su exposición, Sheinbaum recordó que la política de seguridad impuesta en 2006 permitió la operación directa de agentes estadounidenses junto a las fuerzas federales y locales mexicanas.
“Esa fue la guerra contra el narco: permiso para matar, ejecuciones extrajudiciales y daños colaterales que se justificaban como parte de la guerra”, subrayó.
En contraste, sostuvo que su administración apuesta por una estrategia de seguridad humanista, donde la fuerza del Estado se traduzca en justicia, no en guerra.
“Nosotros jamás vamos a tener esa estrategia, primero porque somos humanistas y no creemos que la ejecución extrajudicial sea una salida”, puntualizó.
El señalamiento vino acompañado de una reflexión sobre la política exterior mexicana y el principio de autodeterminación de los pueblos. Sheinbaum destacó que el respeto a la soberanía no significa aislamiento, sino cooperación desde la igualdad.
“Si Estados Unidos tiene información con sus agencias de seguridad que pueda compartir con nosotros, podemos cooperar. Ese es el entendimiento que tenemos, pero quien actúa en México son las fuerzas federales”, precisó.
Para la mandataria, la soberanía nacional no está en disputa retórica, sino en la práctica cotidiana de la justicia. “Cuando se habla de Estado de derecho y después se pide guerra, es contradictorio”, afirmó.
Además, insistió en que México debe resolver sus problemas con sus propias instituciones y su propio modelo de justicia, sin repetir experiencias de subordinación a agendas extranjeras.
Sheinbaum evocó los años más duros del intervencionismo estadounidense, cuando la operación Rápido y Furioso permitió el ingreso ilegal de armas que causaron cientos de muertes en México. “Eso tampoco resolvió nada”, dijo.
Por ello, sostuvo que su gobierno no permitirá que ese tipo de cooperación se repita bajo ninguna circunstancia.
“Ni injerencismo ni guerra: cooperación, sí; subordinación, nunca”, resumió.
Sheinbaum defendió la apuesta por una política de seguridad humanista que, según afirmó, “construye paz dentro de la ley y no por encima de ella”.
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