Por Mtro. Jesús Antonio García Ramírez, Politólogo
Consideraciones Previas
La cultura política en México se encuentra en un momento crucial, enfrentando retos y desafíos que requieren una reflexión profunda y una acción decidida. La transición democrática en México ha sido un proceso complejo y lento, y a pesar de los avances logrados, todavía existen muchos obstáculos que impiden el desarrollo de una cultura política saludable y democrática. La corrupción, la falta de transparencia y la impunidad han generado una crisis de confianza en las instituciones y en los líderes políticos, lo que a su vez ha llevado a una creciente apatia y desinterés por la política. La 4T, o Cuarta Transformación, es un proyecto de cambio profundo en México que busca erradicar la corrupción, reducir la desigualdad y promover el desarrollo sostenible.
A Manera de Reflexión: Un Análisis Crítico
La 4T ha generado expectativas y esperanzas en la sociedad mexicana, pero también ha suscitado críticas y dudas sobre su capacidad para abordar los problemas estructurales del país. Es importante reconocer que la 4T es un proyecto en constante evolución y que requiere de un enfoque crítico y constructivo para asegurar su éxito.
Por un lado, es destacable el esfuerzo por implementar políticas gubernamentales para reducir la corrupción, como la creación de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para investigar y sancionar la corrupción, la implementación de la Ley de Responsabilidades Administrativas y la Ley de Extinción de Dominio para recuperar bienes y recursos públicos, y la creación del Sistema Nacional Anticorrupción para coordinar las acciones de combate a la corrupción en todos los niveles de gobierno. Estas acciones son un paso importante hacia la erradicación de la corrupción, pero es fundamental que se mantenga la independencia y la autonomía de estas instituciones para asegurar su efectividad.
Por otro lado, es preocupante la falta de participación ciudadana en la toma de decisiones y la debilidad de las instituciones democráticas. La 4T debe priorizar la inclusión y la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones para asegurar que las políticas gubernamentales respondan a las necesidades y demandas de la sociedad. Además, es fundamental fortalecer las instituciones democráticas para asegurar la rendición de cuentas y la transparencia en el ejercicio del poder.
La 4T también ha implementado políticas gubernamentales para reducir la desigualdad y promover el desarrollo sostenible, como la creación de la Comisión Nacional de Energía (CNE) para promover el uso de energías renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, la implementación de la Ley de Transición Energética para aumentar la generación de energía renovable y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y la creación del Programa Nacional de Reforestación para restaurar los ecosistemas y promover la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, es importante reconocer que todavía existen incipiencias y desafíos que deben ser abordados, como la falta de acceso a la justicia para los sectores más vulnerables y la corrupción en los niveles locales de gobierno.
Consideraciones Finales
La cultura política en México enfrenta retos y desafíos importantes que requieren una reflexión profunda y una acción decidida. La 4T es un proyecto en constante evolución y se espera que siga generando resultados positivos para el país. Es fundamental que los ciudadanos se involucren en el proceso de cambio y exijan transparencia y rendición de cuentas a sus líderes políticos. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido se puede construir una sociedad más justa y equitativa para todos los mexicanos.
Es importante destacar que el oportunismo y el pragmatismo deben ser evitados dentro de la 4T, ya que pueden ser nocivos y marginales para la cultura política. El oportunismo puede llevar a la toma de decisiones basadas en intereses personales o partidistas, en lugar de en el bien común. El pragmatismo, por otro lado, puede llevar a la justificación de acciones que no son éticas o morales, simplemente porque son “prácticas” o “convenientes”. Es fundamental que la 4T se mantenga fiel a sus principios y valores, y que no se deje llevar por intereses mezquinos o cortoplacistas. Solo a través de un compromiso con la ética y la moralidad se puede construir una sociedad más justa y equitativa para todos los mexicanos.




