La Iglesia católica afirmó que México necesita paz y sembrarla, dijo, es una responsabilidad que se debe asumir todos los días por quienes gobiernan, enseñan y acompañan, así como por quienes rezan, sufren y esperan.
“La paz se construye día a día. Se teje en lo pequeño, en lo cotidiano, muchas veces lejos de los reflectores. Es fruto de la justicia, del perdón y del bien activo que cada uno decide realizar”, expresó.
A través de su editorial “Desde la Fe”, indicó que México ha visto surgir en los últimos años espacios valientes que lo confirman, como la iniciativa Diálogo Nacional por la Paz, que ha impulsado conversatorios en universidades, parroquias y centros comunitarios donde víctimas, jóvenes, académicos, creyentes y no creyentes se encuentran para escuchar y ser escuchados.
Añadió que en diversas parroquias de la Arquidiócesis de México han aparecido buzones de paz, pequeñas cajas donde los fieles depositan peticiones, nombres de personas desaparecidas, palabras de consuelo o intenciones que necesitan desahogo.
Señaló que a esto se suman los centros de escucha, espacios donde sacerdotes, laicos preparados y agentes de pastoral apoyan a través de una escucha asertiva a quienes cargan historias de miedo, pérdida o injusticia.
Aunado a ello, destacó que en las comunidades parroquiales también han comenzado a abrir más espacios para que las víctimas de la violencia tengan presencia, voz y dignidad, “no como números en una estadística, sino como hijos de Dios que merecen un lugar seguro”.
Sin embargo, enfatizó que “no podemos ignorar que las mejores iniciativas de paz comienzan en la familia, esa primera escuela donde se aprende a dialogar, a resolver conflictos sin humillar, a pedir y ofrecer perdón”.
“La paz surge también en nuestro entorno inmediato: cuando elegimos no responder violencia con violencia, cuando trabajamos con honestidad, cuando acompañamos a un vecino enfermo, cuando damos tiempo, talento o escucha a quien lo necesita”, agregó.
Ante ello, recordó que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado para que este 23 de noviembre sea un día para unirse en acciones concretas por la paz.
“Reforzamos esta invitación para que, de manera frecuente, cada comunidad, cada parroquia y cada familia haga algo concreto por la paz, aunque parezca sencillo. Porque, como enseña el Evangelio, ‘bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios’”, concluyó.
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