La Pequeña Dosis de Historia. Por: Doctor Joaquín Robles Linares
Vito Alessio Robles en Desfile Sangriento, describe la actuación del procurador del Distrito Federal en 1924, Ángel Alanís Fuentes, quien posterior al asesinato del senador Field Jurado y el crimen apuntaba al líder sindical Luis N. Morones, las autoridades fabrican a un culpable, atendiendo una declaración absurda para beneficiar a los criminales:
“Un procurador de Justicia del Distrito Federal que no procura nada: Y nuestro flamante procurador envió al juez una nota subscrita por un tal Guillermo N. Flores, en la que se declaraba autor de la muerte de Field Jurado. El escrito no señalaba ninguna dirección (…) Aquel hombre de paja, a quien ni siquiera consta que hayan mandado buscar ni el procurador Alanís Fuentes ni el agente del Ministerio Público Del Moral… Pero seguramente los responsables aseguraron su impunidad y ya en lo sucesivo no se trató de llevar en adelante esta farsa”.
Durante todo el siglo XX y XXI hemos padecido estas aberraciones, los innumerables procuradores, ministerios públicos y policías, actuando arbitrariamente y destruyendo la credibilidad, deshonrosa constante nacional.
El espíritu para darle autonomía e independencia a la Fiscalía suponía remontar ese vicio mexicano de estar arrodillado ante el Ejecutivo, poder establecer una procuración de justicia sin parcialidades políticas y convertirla en un instrumento de protección social y libertad, no se logró.
La ingenuidad política tiene costos sociales gravísimos, cuando llegó este régimen se eligió a un fiscal con una trayectoria polémica y en su actuar nunca reflejó independencia; la sumisión continuó y el actual Gobierno determinó desecharlo, estableciendo una ruta legaloide con un atemorizante desparpajo.
El fingimiento político sigue como una escuela, si respetaran las rigurosas formas de la división de poderes, nunca se hubiera propuesto a una empleada de la Presidenta y militante connotada del partido para aspirar a ser fiscal de la República; las falsedades nutren el discurso y el encubrimiento las formas, se nombró a una fiscal militante no a la profesional de la justicia, a quien trastocó la ley y espió a quienes el régimen considera sus enemigos (https://animalpolitico.com/estados/fiscalia-cdmx-ernestina-godoy-vigila-geolocalizacion).
El Gobierno celebra con concentraciones y declaraciones triunfalistas la conquista del poder, detrás de esta gran representación de acarreados a sueldo y amenazas, festejan efusivamente siete años de apropiar se de las instituciones, traicionar la democracia y torcer el rumbo de la justicia, en el templete estará la fiscal, la cercanía es el mensaje y la distancia moral inexistente. La imagen previa de su elección llena planas y derrumba todo discurso, un abrazo cómplice entre el líder senatorial de Morena y la fiscal elegida, la farsa plasmada en una instantánea se repite ante la muchedumbre, la impunidad es la promesa.
El descontento social crece ante la incredulidad de las autoridades, la protesta de jóvenes el 15 de noviembre fue una representación del hartazgo, aún así, parte de la oposición representada en las cámaras vota apoyando al oficialismo, Movimiento Ciudadano lo hace basado en un candoroso y mañoso decálogo que con falsa humildad declara la fiscal como suyo, la sumisión y connivencia tienen formas insensatas.
Lo que viene es perverso, las inconformidades se manifiestan y la represión asoma sus formas, ¿esto apoyó la oposición? El asesinato del senador Fiel Jurado cumplió más de un siglo en la impunidad y seguimos imitando las formas, las protestas cunden en el País y el desencanto juvenil empieza colmar las plazas, el régimen responde reprimiendo.
Que nadie se sorprenda: “Toda revolución fracasada acaba disparándoles a los estudiantes”. Gilles Deleuze. (Venezuela: Ensayo sobre la descomposición. José Natanson).




