Cd. de México.- A siete meses del inicio de la Copa Mundial de la FIFA 2026, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) vive su transformación más amplia de los últimos años, pero mientras avanzan las obras de rehabilitación en las Terminales 1 y 2, miles de personas enfrentan cada día un laberinto y embotellamientos que complican la movilidad de pasajeros.
Un ciudadano tarda más de una hora si pretende ir en hora pico de la zona hotelera de Polanco o Santa Fe y el mismo tiempo si se aventura a ir hasta el Estadio Azteca.
Las únicas arterias de salida a Polanco son un colapsado Circuito Interior, siempre con tráfico en la zona de Eduardo Molina y La Raza, o el Viaducto Miguel Alemán, que se asemeja a un estacionamiento entre La Viga e Insurgentes.
Ir al Estadio Azteca es recorrer 22 kilómetros por Churubusco y enfrentar después la vuelta de rueda de Tlalpan, que fue rebanado de un carril para dar paso a una ciclovía.
Antes, el usuario del Aeropuerto, ya sea en despegue o llegada, se cruza con pasillos cerrados, rutas improvisadas con mamparas, zonas en obra negra, accesos reubicados y largos rodeos para llegar a mostradores o salas de última hora, y un interminable martilleo.
Los que pidan taxi de plataforma para retirarse del AICM reciben otra penitencia, además del arrastre de sus maletas.
En la T1 debe esperar forzosamente su unidad sobre Circuito Interior, para sortear el tráfico, por lo menos desde Eje 1 Norte.
En la T2 los ruleteros de aplicación tardan aún más, pues sortean un tráfico eterno de quienes van al oriente, a la zona de Nezahualcóyotl, y dar una vuelta en “U”, en un embudo por la intersección de quienes vienen en sentido contrario, de Santos Dumont, incluido el Metrobús.
Además, mientras que en la Terminal 2 hay que tomar el taxi entre trolebuses, ruleteros pirata y autos que van por familias, en la T2 el AICM habilitó una bahía para apenas tres autos, mismos que invaden los taxis pirata, por lo que deben abordar y subir sus maletas a la unidad entre claxonazos e insultos.
No estarán listos para el Mundial
Los trabajos de remodelación integral de las Terminales 1 y 2 arrancaron formalmente el 1 de abril de 2025 y forman parte de un paquete de 8 mil 552 millones de pesos, a ejecutarse en varias etapas.
Sólo los contratos integrales para las remodelaciones de T1 y T2, más la supervisión, suman cerca de 2 mil 865 millones de pesos, adjudicados a consorcios encabezados por Autovía Golfo Centro e ICA Constructora, con la firma Ayesa México como supervisora.
El AICM detalló en mayo que los trabajos se realizarán por fases, la primera concluirá en mayo de 2026 y la segunda está programada de agosto a diciembre del mismo año.
Para no chocar con los picos de operación del Mundial, los contratos prevén una pausa entre el 31 de mayo y el 31 de julio de 2026, reanudando del 1 de agosto al 17 de noviembre.
La remodelación abarca desde acabados hasta sistemas críticos, de acuerdo con las comunicaciones oficiales.
En ambas terminales se contemplan cambios de fachadas, luminarias interiores y alumbrado exterior, muros, plafones, retiro y sustitución de pisos, mantenimiento de impermeabilización en azoteas y corrección de deficiencias en instalaciones hidrosanitarias, eléctricas, de videovigilancia, voz y datos, así como rehabilitación de puertas automáticas, exclusas y sanitarios.
En la Terminal 1, el aeropuerto reporta frentes abiertos en la sala de pre-espera B; las salas de abordaje 24 a 28 (módulo 5); el tramo entre las puertas 1 y 3; las bandas de reclamo de equipaje nacional 1 a 3; la sala de migración; la bahía de abordaje internacional F2; los puntos de inspección de pasajeros A2 (nacional) y G (internacional); la terminal del aerotrén y la propia fachada principal.
Además, se aisló el módulo XI (salas 29 a 36) y se cerró el pasillo de conexión desde el Duty Free para permitir la intervención profunda de esa zona.
En la Terminal 2, las obras se concentran en el pasillo de acceso a salas de última espera, el ambulatorio de llegadas y salidas, el pasillo de conexiones entre salas, la sala de reclamo de equipaje para vuelos de Centro y Sudamérica, las bandas 6 a 8 del área nacional y núcleos sanitarios, además de la terminal del aerotrén.
Algunas salas, como la 52 en el dedo norte y la 63 en el dedo sur, fueron cerradas a partir del 1 de octubre para intervención por etapas.
Paralelamente, el Programa Anual de Obras Públicas del aeropuerto incluye la rehabilitación de la pista 05R-23L por más de 426 millones de pesos, así como un proyecto de “mantenimiento y conservación integral a edificios de las terminales 1 y 2 y obras complementarias”, lo que muestra que la intervención rebasa el ámbito cosmético.
Advierten obras sin planeación
Las obras en el AICM carecen de planeación, aumentan riesgos y evidencian falta de experiencia operativa, advierten expertos en aeronáutica.
Los especialistas en infraestructura aeroportuaria consideran que las obras en curso, previo al Mundial 2026, muestran fallas de origen, ausencia de planeación ejecutiva, desconocimiento operativo y afectaciones al pasajero que no se habían visto en décadas.
“El principal aeropuerto del País está siendo intervenido sin un plan maestro, sin programa de obra y con decisiones que se toman fuera de los comités técnicos obligatorios, lo que incrementa riesgos en seguridad y operación”, dicen actuales funcionarios a REFORMA.
Aunque el discurso oficial asegura que los trabajos buscan “mejorar el confort y los servicios”, los impactos para el usuario son evidentes desde la banqueta.
“En Terminal 1, las puertas 1 y 2 están cerradas desde septiembre, restringiendo los accesos de manera permanente y obligando a los usuarios a ingresar por las puertas 4 a la 10. En el interior, los pasajeros sortean pasillos reducidos, tapiales, columnas peladas, desvíos improvisados y salas de abordaje que cambian de ubicación de un día para otro.
“En Terminal 2, el cierre temporal de las salas 52 y 63, sumado a la intervención de bandas de equipaje y sanitarios, ha desviado flujos a puntos sin señalización suficiente, desplazando a pasajeros poco frecuentes en un edificio ya saturado.
Para los expertos consultados, el problema es estructural. Las obras que se están realizando son paliativos, sin planeación concreta; así, no pueden representar una mejora sustancial”, advierte un director técnico del aeropuerto, quien conoce de primera mano los procedimientos de mantenimiento civil.
Otro especialista es más severo: “El permitir que el mantenimiento del AICM se haga bajo estrictas consideraciones castrenses ha generado problemáticas operativas y de seguridad.
“No existe experiencia previa de Marina en instalaciones civiles de esta escala”.
Los especialistas recuerdan que el AICM no está siendo intervenido por primera vez.
Su operación inició en 1952 y vivió ampliaciones sucesivas, incluida la construcción de la Terminal 2 en 2006. Pero esa obra arrastra fallas graves.
“La cimentación del edificio central de T2 funciona distinto a la de los dedos y plataformas; se requieren rehabilitaciones urgentes para evitar que los hundimientos diferenciales sigan comprometiendo la operación”.
El riesgo es conocido por ingenieros que han trabajado en la zona y, sin embargo, señalan, no existe un proyecto integral para corregirlo antes del Mundial.
Desde la llegada de la Marina a la administración, los expertos coinciden en un punto: el problema no es la intervención militar per se, sino la falta de experiencia en aviación civil, mantenimiento especializado y operación comercial.
“No se considera la afectación a los pasajeros como un tema principal; antes se trabajaba 24 horas y sobre todo de noche para reducir molestias, ahora no”, explica un exoperador aeroportuario.
Y cita el caso de T1: “De la puerta 5 a la 7 levantaron todo el piso; llevan meses así y no se ve trabajo nocturno ni coordinación con aerolíneas”.
Indican que los comités obligatorios -el de Operación y Horarios y el Local de Seguridad Aeroportuaria- deberían decidir sobre cualquier obra que afecte al usuario.
Pero prestadores de servicios y aerolíneas aseguran que “muchas decisiones se toman sin considerar la opinión técnica de quienes operan ahí todos los días”.
Esto ha provocado intervenciones incompatibles con la operación diaria, como las dos calles de rodaje de salida rápida que se construyen por solicitud de SENEAM, pero sin coordinación previa.
“Es probable que generen tráfico inusual en plataforma y demoras, justo en temporada alta”, advierte uno de los expertos.
Incluso señalan que estos trabajos podrían afectar rehabilitaciones recientes en la pista 5 Derecha, donde se invirtieron más de 90 millones de pesos.
Se requieren trabajos urgentes
A meses del arranque del Mundial 2026, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) enfrenta una lista de necesidades técnicas urgentes para garantizar operaciones continuas durante uno de los eventos deportivos más grandes del planeta.
Documentos oficiales del propio aeropuerto revelan que sus sistemas de aire acondicionado, elevadores, drenaje pluvial y equipos hidroneumáticos requieren de urgente sustitución, mantenimiento profundo o instalación completa de nuevos equipos, muchos de ellos en Terminal 1, la más saturada del País.
El anexo técnico de la licitación para la “Adquisición e instalación de aire acondicionado para la Terminal 1 y área operacional” advierte que se trata de un reemplazo masivo de equipos esenciales.
El documento establece la compra e instalación de 90 unidades manejadoras de aire tan solo para T1 con el objetivo explícito de “garantizar la operación de los bienes adquiridos” y asegurar climatización en módulos completos del edificio.
Estos sistemas son vitales para mantener temperaturas adecuadas en áreas de documentación, salas de espera y posiciones migratorias, explican fuentes aeroportuarias.
A la par, otro anexo técnico detalla la necesidad de instalar 20 elevadores nuevos en Terminal 1 y Terminal 2.
El aeropuerto reconoce la carga crítica que soportan estos equipos y demanda infraestructura moderna con controles de seguridad, dispositivos contra incendio y motores de alto rendimiento.
La licitación señala que deberán entregarse elevadores de tracción por cables, distribuidos en pasillos, ambulatorios, accesos y zonas de conexión entre edificios.
El propio AICM fija como prioridad que los equipos cuenten con “detector de sobre velocidad, botón de paro de emergencia, CCTV en cabina y sistema de apertura para uso de bomberos”.
Otra necesidad clave son los sistemas hidroneumáticos, indispensables para abastecer agua en baños, servicios generales y áreas operativas.
El anexo correspondiente detalla que el aeropuerto requiere mantenimiento preventivo y correctivo en Terminal 1, Terminal 2 y el área operacional, debido al desgaste acumulado de bombas de 10, 15, 30 y hasta 89 HP que deben operar de forma continua.
El AICM reconoce que “es de suma importancia que se garantice la continuidad en el suministro de agua en todo momento” y establece una lista de más de 40 sistemas que deben rehabilitarse antes de junio de 2026.
Otro bloque de necesidades urgentes está en la red de drenaje general y desazolve, donde los técnicos del aeropuerto advierten la relevancia de evitar colapsos en temporada de lluvias.
El documento del servicio de desazolve alerta que se deben limpiar más de 5 mil 200 metros de líneas de drenaje, revisar cárcamos, retirar lodos y garantizar que no existan “taponamientos, considerando su longitud y configuración”, ya que un bloqueo en pistas puede comprometer operaciones de aterrizaje y rodaje durante la contingencia climática.
De acuerdo con los documentos, el AICM enfrenta esta carga de obras en un periodo comprimido que va de diciembre de 2025 a julio de 2026, justo cuando el aeropuerto deberá absorber el incremento de pasajeros internacionales que traerá la Copa del Mundo.
Aun con estas intervenciones, los anexos subrayan que el aeropuerto opera con limitaciones técnicas que requieren cumplimiento de estrictas normas de seguridad, eficiencia energética y prevención de incendios.
En términos operativos, el propio aeropuerto establece que todas estas obras deberán realizarse mientras se mantiene la operación cotidiana en ambas terminales.
El AICM llegó al Mundial con obras críticas, equipos envejecidos y sistemas que requieren intervención inmediata, derivado de décadas sin mantenimiento, alertan las fuentes.
Cambian carruseles y elevadores contra reloj
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) asignó un contrato de 208 millones de pesos para renovar 28 carruseles de reclamo de equipaje en sus dos terminales, pero la obra podría no estar lista antes del 11 de junio, fecha de inicio del Mundial 2026.
El contrato, ganado el 20 de noviembre por la empresa Mantenimientos Integrados, Diseño y Comercialización (Midycsa), prevé que las entregas de equipos y su instalación podrán prolongarse hasta el 2 de octubre de 2026.
La empresa también tendrá que desmantelar los carruseles que operan actualmente.
La entrega de equipaje es uno de los peores cuellos de botella del AICM, sobre todo en la Terminal Dos, donde los pasajeros de Aeroméxico con frecuencia tienen que esperar sus maletas más de media hora.
“Es probable que debido a la cercanía del Mundial de Futbol se están realizando procesos sin cuidar todos los aspectos normativos, nos da la impresión de que el anexo técnico de esta licitación no toma en cuenta la normatividad de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC)”, cuestionó la empresa Ingeniería, Arquitectura y Tecnología, en la junta de aclaraciones.
Luego de elogiar a la Marina por “los cambios positivos” en el AICM, dicha empresa pidió suspender la licitación dos semanas, para una revisión técnica de la AFAC, lo que fue rechazado.
Midycsa, que manufactura sus propios equipos en una planta de Querétaro, es la proveedora tradicional de los aeropuertos en el País, y en la licitación del AICM nadie más presentó oferta.
La empresa afirmó que podría hacer entregas anticipadas a las previstas en el calendario del AICM, pero también preguntó sobre las consecuencias de incurrir en retrasos.
Siete carruseles serán instalados en la zona de llegadas nacionales y nueve en internacionales de la Terminal Uno, así como seis en nacional y seis en internacional de la Terminal Dos.
“El licitante adjudicado deberá como medida de seguridad balizar el área de trabajo con tapiales de madera, delimitando del área de trabajo con el fin de evitar que los usuarios tengan contacto con trabajos”, pidió el AICM.
También cambian elevadores
En paralelo, el AICM se dispone a cambiar 20 elevadores en ambas terminales, obra que tampoco estará terminada antes del Mundial, pues el plazo para entregas parciales vence el 26 de diciembre de 2026.
El 2 de diciembre, siete empresas presentaron ofertas con enormes diferencias de precio, que van desde 34 hasta 116 millones de pesos con IVA por todos los elevadores, que son de diferentes capacidades y especificaciones técnicas.
Algunas empresas piden más de 5 millones de pesos por unidad, mientras que otras cotizaron alrededor de 1.7 millones, lo que incluye desmontar los elevadores existentes, casi todos de la marca estadounidense Koyo y la finlandesa Kone.
Ni estas dos empresas, ni otras multinacionales del sector como Otis, Schindler, Mitsubishi o ThyssenKrup presentaron ofertas.
El fallo será anunciado el 8 de diciembre.
En la junta de aclaraciones, Kone cuestionó que solo se pida un escrito simple manifestando que se cumple con las normas oficiales para elevadores, en vez de exigir certificados.
La empresa también pidió bodegas provisionales para guardar equipo y herramientas durante los trabajos, lo que fue rechazado, con la sugerencia del AICM de “considerar su propia vigilancia”.
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