SERÍA muy convincente que los legisladores panistas Jorge Triana y José Elías, exhibieran en el pleno de la Cámara de Diputados dos documentos: Uno, el dictamen real, votado en la comisión de seguridad social para la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar y, el otro, el dictamen modificado que MORENA pretendía imponer y votar mayoritariamente en la sesión de ayer.
Y aquí surge el cuestionamiento: ¿Qué contenía el dictamen modificado? Porque el coordinador del partido del Presidente en la Cámara Baja, Ignacio Mier, asegura que hubo un error humano y que no tenían ninguna necesidad de modificarlo si había sido aprobado por una mayoría “morenista” en comisiones.
Pero lo que respalda de manera contundente el descubrimiento de los diputados del PAN, es su consecuencia: Ante los hechos, a la presidenta de la mesa directiva, diputada Marcela Guerra Castillo, no le quedó más remedio que suspender la sesión y llevarla hasta el lunes venidero. Evidentemente, sí hubo “duendes” que se movieron horas antes de la sesión e incluyeron “algo” que no había sido contemplado en la comisión de seguridad social.
¿Qué fue el texto añadido? Eso sería interesante saberlo.
Porque no se requieren dos dedos de frente para estar de acuerdo con quien asegura que ese Fondo de Pensiones para el Bienestar, arropado con 45 mil millones de pesos surgido de toda una vida de ahorros de los trabajadores mexicanos, pretende engrosar la enorme bolsa de recursos con la que ya cuenta López Obrador y cuyo destino tendría un sentido estrictamente político.
Porque, ante la realidad de que ese dinero no ha sido reclamado por los interesados, ¿No podría el gobierno haber enviado una carta-invitación a cada trabajador solicitándole recoger un recurso que solamente es suyo?
O bien, ¿Qué no tendrá capacidad el gobierno para armar una campaña de difusión motivando a los miles de trabajadores mexicanos que no han reclamado sus AFORES, para hacerlo?
Porque además, otra verdad es que todo ese dinero no es público; es dinero privado y el gobierno está metiendo las narices bajo el engaño de que habrá una gran bolsa para que el trabajador reciba una mayor pensión. ¿Quién garantiza que habrá fondos para esos pagos?
Y finalmente: ¿Cree usted en las promesas oficiales?
Y AL PRESIDENTE de la comisión de régimen interno y concertación política del Congreso de Sonora, diputado Roger “Kiko” Munro, no le quedó más remedio ayer que anunciar que cinco suplentes de igual número de diputadas y diputados que solicitaron licencia para irse a competir por un cargo de elección popular, se integrarían formalmente al Poder Legislativo en el Estado a partir del próximo lunes… Trascendió el caso de “Kiki” Díaz Brown, porque su relevo por Natalia Rivera incluye un voto para el PRI, lo cual quizá no pese mucho en la contabilidad de las sesiones, pero ya se hablaría de una opinión diferente y un conducto para mover iniciativas inesperadas… Munro retardó el llamado a “Kiki” con el pretexto de esperar del Instituto Estatal Electoral y el Tribunal Estatal Electoral, un dictamen para permitir el relevo, cuando el Congreso tiene la facultad y la obligación de llamar al suplente de cualquier legislador que solicite separarse del cargo, de forma inmediata… En fin… Inevitable concluir que había gato encerrado… “Kiko” es un expanista, miembro ahora del Partido Encuentro Solidario (PES), afín a MORENA… ¿Sería nada más por eso?
POR CIERTO, en el edificio del comité directivo estatal del PRI se recibirá ahora a Graciela Ortiz González, secretaria de Organización del Comité Ejecutivo Nacional de ese instituto político… Quizá y traiga consigo más órdenes estrictas de Alejandro “Alito” Moreno, el jerarca nacional, quien se dio el lujo de imponer a todos los candidatos en Sonora, federales y locales, para lo cual envió por dos días a un delegado, Carlos Mancilla, con todo y la firma autorizada para los efectos legales correspondientes… En fin.