
Entre sueños rotos y esperanzas perdidas
2022-07-18 00:00:00 | Víctor Félix Félix
En esta semana que
transcurrió, se
vivieron sucesos y
declaraciones en dos
temas que me
parecen
fundamentales y que
deben ser tratados
con gran respeto,
rigor y conocimiento:
la crisis migrante con
el lamentable
incidente donde
mueren 53 personas
buscando un sueño
de vida y las declaraciones políticas de un partido o al menos de su dirigencia por masificar la presencia
de armas, armar a las familias ante el actual escenario de violencia letal que vive lastimosamente
nuestro país.
En ambos temas, que implican vida y aspiraciones de todos por mejorar nuestras familias, crecer en
comunidad y desarrollarnos, deben quedar fuera el simplismo declarativo o el análisis superfluo:
Cifras de Aduanas y Protección Fronteriza de USA (CBP), declaran al año 2021 como el record
de migrantes en la frontera EEUU-México, 1.7 millones de indocumentados fueron
detectados.
Lo anterior equivale a que los habitantes en Hermosillo, Guaymas y Cajeme decidimos emigrar
sin papeles al mismo tiempo a Estados Unidos, de ese tamaño es la crisis de la migración y a
ellos hay que sumarle los que no fueron detectados.
Por su parte México en la frontera sur, ha interceptado en el primer trimestre de 2022, un 89%
más de migrantes indocumentados provenientes en su mayoría de Centroamérica, Cuba y
Colombia.
La crisis migratoria actual, es la continuación del calvario económico, político, social y hasta ambiental
que connacionales y extranjeros están viviendo en sus comunidades, lamentablemente las estadísticas
de detenciones de CBP informa que el porcentaje de mexicanos es mayoritario y cada vez más alto.
Esto nos trae severas reflexiones que debemos atender con políticas públicas que impulsen la inversión
y el desarrollo, generando empleo de calidad, ya que con crudeza éstas estadísticas hablan de que la
situación en el país no ha mejorado, afectando más, a los más desprotegidos y seguramente con ello
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aumentarán su decisión de migrar con documentación o no, porque en México la inseguridad y pobreza
sigue permeando sus vidas.
Por cuestiones laborales me tocó vivir varios años en el sureste mexicano, estados ricos en recursos
naturales, en historia, en su gente y con una población que aún viven picos profundos de marginación
y pobreza, por lo que estoy convencido, que cerrar los puertos de entrada a los países no impide la
migración irregular, el control de fronteras debe ser para garantizar la seguridad de todos, pero si se
sigue viendo como solución, no abonará en nada al desafío de administrar la migración irregular, que
crece y crece en busca del sueño de una mejor vida.
Evitar que ellos o nosotros seamos carne de cañón de la inseguridad, de la incertidumbre de un viaje
irregular e indocumentado que los pone en manos de la delincuencia organizada y en probables víctimas
del narcotráfico, trata de blancas, extorsión, robo, violaciones y muerte, requiere de promover la
estabilidad regional, la educación y las oportunidades de empleo.
Tenemos que partir de un serio análisis de las condiciones demográficas, movimientos trasfronterizos,
desplazamientos internos, ver las diásporas de nacionalidades que se están aglutinando en otros países,
los mercados laborales, las tendencias estacionales; La cooperación regional es un paso obligado para
salvar a todos y sólo se puede lograr a partir de la educación, salud y con ello producir riqueza de
acuerdo a la potencialidad de cada región.
Si la migración irregular es un tema serio, armar a las personas, armar a las familias es un tema
delicado, no es un tema para el juego político o para el intercambio partidista, estamos viviendo un
escenario donde la letalidad criminal se muestra con impunidad por todo el país, rebasando los esfuerzos
institucionales por lo que considero no es una buena idea, aunado a que si vemos los casos conocidos
encontramos:
Las ciudades de Estados Unidos que permitieron armas, su índice de delitos violentos creció en
un 30% y el robo con armas 32%, luego entonces armar a las personas no las protegió del delito.
Asimismo empeoró la violencia ya que con el acceso a las armas, Estados Unidos reporta que 12
personas por cada 100 mil habitantes murieron en incidentes con armas, México que aún
mantiene su prohibición y control presenta una tasa de 7 personas muertas por cada 100 mil, es
decir nuestra tasa es menor en un 62%.
Lamentablemente los niños y jóvenes son los que más han sufrido por la presencia de armas en
la comunidad, en Estados Unidos, las armas de fuego son la causa principal de muerte entre
niños y niñas de 1 a 17 años.
No podemos negar la razón de que más armas en las comunidades simplemente aumentarán la violencia
al interior de las mismas, las armas no tienen un efecto disuasivo en las nuevas modalidades del
crimen, el organizado va por la ganancia fácil y los crímenes de odio van por complejo o inmadurez
mental de los perpetradores en ninguno de estos casos la posesión de un arma inhibirá el delito, por
lo demás lo potenciará.
La presencia de armas detona la violencia de género, ya que empodera falsamente al perpetrador sobre
su posible víctima, incrementa sus posibilidades de sometimiento de las víctimas y por ende de la
consecución del delito, por ejemplo, el Informe de Violencia de Género 2021 en México, relata que 6 de
cada 10 mujeres y 5 de cada 10 mujeres transexuales fueron asesinadas con arma de fuego.
La experiencia lograda en áreas de seguridad pública y procuración de justicia me reafirma que no es
posible controlar quien será el usuario final de las armas y si a eso le agregas el robo o el mercado negro
de las mismas, es un peligro latente para todos, como lo es ya por los tiroteos indiscriminados o sin razón
pública aparente en Estados Unidos y esto no lo pueden prever las autoridades.
La violencia con armas de fuego es una amenaza para los derechos humanos de todos y cada uno de
nosotros, es reiterativo anotar que afecta a la vida a la integridad, seguridad y salud personal, todos los
Estados legislan para la regulación de la posesión y portación de las armas de fuego.
El camino es una aplicación efectiva de las normas vigentes, hoy vemos con naturalidad la presencia
indiscriminada de armas automáticas, fusiles de asalto y armas de todo tipo en mano de los criminales
que causan un daño excesivo, pero más allá de eso, vemos su uso con brutal ferocidad, por lo que es
necesario desplegar acciones proactivas en la frontera para evitar su ingreso, como un control preciso
de las armas y municiones destinados a las fuerzas del orden, hay regulaciones precisas en la adquisición
y posesión de las armas que es menester hacer cumplir y en el caso de la portación por criminales con
calibre reservados a las fuerzas armadas aplicar castigos severos. La delincuencia organizada no debe
prevalecer sobre la aplicación de la ley.
La legislación funciona cuando se aplica y en el tema de armas y su control estricto de acceso tenemos
ejemplos mundiales que son necesarios reproducir: Australia, Japón, Singapur donde la tasa de delitos
y violencia con armas de fuego es sumamente baja.
Apliquemos la ley, protejamos a todos y no caigamos en simplismo protagónicos con intenciones
políticas, el derecho a la vida es el primer derecho humano y las armas son las principales herramientas
para segar la vida de todos y cada uno de nosotros.
Con seriedad debemos trabajar en la calidad de nuestra sociedad, más educación, más salud, más
infraestructura productiva, aplicación de la ley para más justicia, ello nos permitirá expandir las
posibilidades de nuestro país; importa si una economía que crece, pero eso sólo es cuantitativamente,
el interés fundamental debe ser una comunidad que se desarrolla, en ella nuestra economía se despliega
y la población nos encontraremos mejor cualitativamente. Calidad es mejor que cantidad, para
recuperar nuestros sueños y esperanzas perdidas, si nuestra población tiene calidad de vida en sus
comunidades no pensará en migrar y se alejará de la violencia.
Estrategia y Soluciones
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